lunes, 22 de abril de 2024

La Mujer y la Tierra



   Poniendo su granito de arena para hacer visible el esfuerzo de la mujer en el medio rural, Villar del arzobispo, un Ayuntamiento de la provincia de Valencia de unos 3500 habitantes, organiza una semana de actividades para mostrar la importancia de la mujer en el sostenimiento de la vida rural.

 Las actividades se concentran el día 15 de octubre, Día Internacional de la Mujer Rural. La jornada comienza con un mercado “para poner cara a la labor de las mujeres de nuestros pueblos” dice el comunicado. Después se proyecta un video clip protagonizado por vecinas y vecinos de la localidad y un documental “Huir del campo a la ciudad” con coloquio posterior. Se podrá visitar la exposición fotográfica “Aquí y allá, las mujeres en el mundo rural”. Se van a impartir dos talleres dedicados a mejorar el bienestar personal y la calidad de vida: “Con mucho amor propio”, para el día 15 y “Te respeto, me respeto” para el día 22.

   Este año se conmemora el día Internacional de la Mujer Rural dando voz a aquellas que han dedicado su vida a faenar la tierra, testimonios llenos de dureza y sensibilidad, como Paz García de 76 años, de padres sin hijos hombres, que cuenta como dedicó su infancia y juventud a las tareas agrícolas. Paz Martínez de 44 años, dedicada a las terapias naturales y a la artesanía nos cuenta las ventajas e inconvenientes de vivir en el medio rural. Ana de 63 años, agricultora, nos habla de las diferencias de trato que ha sufrido por ser mujer, entre ellas menor retribución por su trabajo.

 

   DE DONDE VENIMOS

   A principios del siglo XX en España, la mujer trabajaba dentro del hogar (tareas domésticas y cuidado de los hijos), cuidaba de los mayores y participaba en las labores agrarias en el seno de la familia, aunque a veces era asalariada y en menor medida propietaria de tierras. En las estadísticas no figuraron nunca como población activa, se consideraba un trabajo complementario al del marido. Así que venimos de una situación en la que la mujer era imprescindible para mantener la actividad en el medio rural, sostén del hogar y apreciada por su fuerza de trabajo en la labor agrícola, pero sin consideración social ni contraprestación económica o muy por debajo de la que recibía el hombre.

 

   QUE SE PRETENDE

  Esta semana de actividades intenta visibilizar la importancia que merecen las mujeres rurales como clave para garantizar el desarrollo sostenible de nuestros pueblos. Se plantea luchar contra la doble discriminación que vive la mujer, por su condición y por su trabajo. Esto da lugar a que dos de cada tres personas que migran del campo a la ciudad sean mujeres, debido a problemas de empleabilidad, brecha salarial, falta de servicios o de corresponsabilidad en los cuidados del hogar, los hijos y los mayores.

  El Ayuntamiento de Villar del arzobispo quiere reivindicar el compromiso para mejorar las condiciones de vida de las mujeres rurales, por su bienestar y por la supervivencia del mundo rural.

   Los objetivos de esta actuación son reconocer la pluralidad de identidades de las mujeres que habitan y construyen diariamente el medio rural y poner sobre la mesa, por llamativo que nos resulte: IGUALDAD DE TRATO, RESPETO, DERECHOS….

  Estas jornadas puesto que generan debate muestran lo que hemos mejorado y lo mucho que nos queda. En el pueblo de Villar suponen un acercamiento a los problemas de la mujer rural y un intento por mejorar. Son días para reflexionar y también para festejar, con la esperanza de avanzar hacia algo mejor.

 Como punto fuerte de esta actuación cabe destacar el compromiso que existe entre La Comisión de Igualdad Ciudadana de Villar (grupo vecinal) y el Ayuntamiento por avanzar en la mejora de la situación a través de esta iniciativa y otras como los Planes I y II para la Igualdad entre hombres y Mujeres. Hay que destacar la alta participación de los vecinos en estas jornadas.

  Como debilidades y retos que enfrenta la actividad encontramos las dificultades para obtener financiación de la Comunidad Autónoma Valenciana para ésta y otras iniciativas promovidas por Entidades Locales. Otra gran dificultad que se encuentra esta actividad es el rechazo que todavía muestran algunos vecinos a avanzar en Igualdad, debido sobre todo a prejuicios y estereotipos adquiridos en su educación.

jueves, 11 de abril de 2024

Periodismo Sin Mujeres en Afganistán: una Forma más de Violencia



   Tras el retorno al poder en 2021 de los talibanes (fundamentalistas islámicos) la presencia de las mujeres en los medios de comunicación ha desaparecido prácticamente, viéndose obligadas las que no quieren abandonar la profesión, a trabajar desde el exilio, en casa o en secreto.

Amira, licenciada en periodismo por la Universidad de Kabul, ha trabajado para medios locales y extranjeros y se ha desplazado dentro del país para realizar coberturas, pero las restricciones impuestas por los talibanes a los movimientos de las mujeres le impiden seguir viajando. Los fundamentalistas obligan a las afganas a estar acompañadas por un hombre de su familia para este tipo de desplazamientos. La joven Amira es un ejemplo del destino que sufren la mayoría de las periodistas de Afganistán, que han tenido que dejar de trabajar, escribir de forma clandestina o abandonar el país, debido a las graves amenazas sufridas.

Con su vuelta al poder, los fundamentalistas tomaron medidas durísimas contra la presencia de las mujeres en los medios de comunicación, así como en la mayoría de los sectores profesionales, exceptuando la salud y la educación, donde, por necesidad, hay una mayor aceptación de profesionales mujeres. En general, las restricciones tan severas han hecho que las mujeres afganas desaparezcan de la mayoría de los puestos de trabajo.

Periodistas mujeres del oeste de Afganistán dan testimonio del control absoluto al que son sometidas en su puesto de trabajo al soportar que funcionarios del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio las visiten con el solo propósito de comprobar si sus vestidos son adecuados a las normas y asegurarse de que están aisladas sin el menor contacto con los demás profesionales hombres.

Salma, es directora de un programa de radio que graba desde su hogar y lo envía a la emisora. No se le permite tener a hombres como invitados o entrevistados, tampoco puede participar en conferencias, actos oficiales o ruedas de prensa de organismos públicos.

Las reporteras que trabajan con medios extranjeros temen ser detenidas y encarceladas, no consiguen el carné de periodista del Gobierno, obligadas a trabajar en secreto y a no realizar trabajo en el terreno. Los responsables de los medios de comunicación se aprovechan de la situación actual y contratan a reporteros varones. Si contratan a mujeres, lo hacen con un salario mucho más bajo que el de los hombres.

En noviembre de 2021, los fundamentalistas publicaron un edicto en el que se prohibía a las mujeres actuar en obras de teatro y series de televisión. También se ordenó a los jefes de los medios de comunicación afganos que no emitieran ningún contenido que pudiera oponerse a la Sharía o ley islámica, incluyendo programas de televisión y de música extranjeros, y se estableció que las presentadoras de informativos debían cubrirse integralmente.

Samira, que ha asumido las dificultades y ha continuado con su trabajo teme ser detenida por publicar noticias contrarias a la ideología de los talibanes. La joven acude a su oficina con un largo hiyab que cubre su cabeza y su cuerpo hasta los tobillos, porque sabe que los funcionarios talibanes pueden aparecer en cualquier momento para ver cómo van vestidas las mujeres.

La ONU cree que las afganas podrían ser víctimas de un “apartheid de género”, término que define el acoso y la progresiva reducción de los derechos más elementales por el simple hecho de ser mujer. En este momento, ninguna niña de más de 12 años puede ir a la escuela o la universidad en Afganistán, es el único país en el mundo donde esto ocurre.

Afganistán ocupa el último lugar (177º) en el último Índice Global de Paz y Seguridad de las Mujeres, elaborado por el Instituto de Georgetown para las Mujeres, Paz y Seguridad.

Según Rukhshana Media, antes de la toma del poder por los talibanes había al menos 100 mujeres que trabajaban en los medios de comunicación en la provincia de Herat. Actualmente, es imposible saber a ciencia cierta cuántas siguen trabajando.

Esta vergonzosa situación nos coloca ante varias modalidades de discriminación:

· Directa y abierta por razón de género, se trata a la mujer de forma desigual respecto al hombre y se manifiesta expresa y abiertamente que la razón que motiva la diferencia de trato es el hecho de ser mujer.

· Interiorizada, supone haber interiorizado la creencia de la superioridad del hombre frente a la mujer.

 Debemos hablar de apartheid de género, a través de la discriminación sistémica con la intención de someter a la mujer a la dominación total y de misoginia generalizada (odio a la mujer por el hecho de serlo). 

No cerremos los ojos, debemos acusar a los que están causando tanto dolor, de Crímenes contra la Humanidad y deben responder por ello ante La Corte Penal Internacional.

En cuanto a las posibles estrategias a seguir para mejorar la situación sólo se me ocurre una: que los estados democráticos tomen parte y asuman la responsabilidad de salvar a las mujeres y niñas en Afganistán, que a través de la presión económica y política se obligue al poder talibán a aceptar (llevará bastante tiempo) la participación de la mujer, con igual derecho, en todos los ámbitos de la vida de aquel país.


    Referencias bibliográficas:

·       Diario El País.

·       Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas.

·       Amnistía Internacional.

RESPETO

            Entendiendo los VALORES  como las virtudes y principios que tienen las personas que aportan cosas positivas a la sociedad, habla...